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Testimonios

By 25/03/2024No Comments

Por Eduardo Demichelis

Este año le hemos pedido a tres conocidos navegantes que nos escriban algunas líneas de acuerdo al siguiente cuestionario guía que les enviamos.

En esta primera entrega, elegimos a Carlos Fraschini y Leonel Santana, ambos del Yacht Club Paysandú y a Aníbal Galeano del Yacht Club Entrerriano.

Un pasado común para los tres es haber pertenecido a la flota de la clase Lightning del Río Uruguay. Muchísimas regatas para los tres y en especial para Leonel, que este año llega a su regata número 50.

Esto fue lo que preguntamos, respecto a las regatas en general y a la Regata de la Meseta en particular:

1- ¿Qué te motivó a empezar a participar en regatas de veleros y cómo ha sido tu experiencia a lo largo de tantos años en la Regata de la Meseta?
2- ¿Podrías contarnos una anécdota memorable que hayas vivido durante alguna de tus Mesetas a lo largo de estos años?
3- Sabemos que en cualquier trayectoria deportiva pueden presentarse desafíos. ¿Podrías compartir con nosotros una situación complicada que hayas enfrentado en alguna Meseta y cómo la superaste?
4- ¿Crees que la vela ha contribuido de alguna manera a fortalecer los lazos entre los clubes y comunidades del río y a fomentar el entendimiento mutuo de alguna manera a través de la competición y el relacionamiento entre los navegantes?
5- Después de tantos años en este deporte, ¿cómo ha evolucionado tu enfoque hacia las regatas y qué consejo le darías a los nuevos participantes que están empezando en este mundo?

Aníbal Galeano – Yacht Club Entrerriano

“Participé por primera vez en la Meseta en el año 1967, una de las regatas más veneradas y significativas desde entonces. Estaba dando mis primeros pasos con mi propio barco: un Lightning cabinado, que en aquel momento carecía de un Spinnaker. Afortunadamente, los Came me prestaron uno de algodón, y eventualmente acabé comprándoselo.

No tengo recuerdos específicos de situaciones particulares de aquella época, pero puedo decirles que tras cada edición de la regata, ya estábamos ansiosos por planificar el siguiente año. En cuanto al consejo que puedo ofrecer a los nuevos participantes, es que valoren más las relaciones sociales que las habilidades técnicas de la navegación. Personalmente, he cosechado tantas amistades durante estas experiencias que considero que son el activo más valioso que he obtenido. Les envío un afectuoso saludo y espero poder reunirnos nuevamente muy pronto”.

El tripulante de estribor es Coy Coy Tanga y el otro Sergio Hirchorn. Al timón Aníbal Galeano.

Leonel Santana – Yacht Club Paysandú

1- “Corrí mi primer Meseta por el año 71 o 72. Este año estaré disputando la Nro 50. En aquellos años junto a las familias de regatistas se solían hacer reuniones en el club los sábados a la noche, en una de ellas me invitaron a correr una regata el próximo fin de semana en el “Aitona” y llegamos a las 15 horas, siendo que el penúltimo había arribado a las 11:30. Ese fue mi debut y mi primera vez que navegué, de ahí en adelante nunca más dejé de hacerlo”.

2- “Recuerdo el año que la “Sacra” quedó varada en el Arroyo Chapicuy. Antes hacíamos la vigilia en el Arroyo Chapicuy, dónde también se compartía un asado de camaradería y guitarreadas. Resulta que el arroyo comenzó a bajar y “Cacho” (Zannier) se confió demasiado resultando que, aunque la misma fue tironeada al día siguiente por una embarcación de Prefectura no pudo zafar. Creo que quedó por algunos días, pero esto hizo que en Arroyo Malo tuviéramos que dormir en tierra tapados por una lona”.

3 – “Que yo recuerde sólo un año sopló muy fuerte del sur, el año que se rompió un lihghtning, (si mal no recuerdo fue el Silicón de Concepción del Uruguay), por lo que los percances siempre fueron menores. También recuerdo una regata que a poco de largar (el barco era nuevo), se nos rompieron los herrajes del timón y tuvimos que solucionarlo con cabos por debajo del barco amarrándolos a los candeleros”.

4 – “Toda actividad que involucra a la naturaleza crea lazos, en especial la vela. Siempre hemos sido bienvenidos a todos aquellos lados que hemos ido y siempre hemos encontrado una mano solidaria frente a un percance”.

5-”Primero se aprende a navegar, después vienen las regatas y uno se va metiendo cada vez, más y más. Con el paso de los años uno va aprendiendo que en una regata crucero, como lo es la Meseta, el resultado en el río depende de tres factores: barco, tripulación y un toque de suerte. Un consejo es que siempre le pongan buena onda, que las regatas son para competir, pero sobre todo para disfrutar antes, durante y después”.

Carlos M. Fraschini – Yacht Club Paysandú

1- “Siempre me gustó el agua y el río, donde aprendí a nadar y a pescar de la mano de mi abuelo Roldán. Mi padre me regaló una chalana con palo y ahí hice mis primeras experiencias de vela. Naturalmente me arrimé al Yacht Club interesado por la actividad regatera dado que ya había una flota de Lightning con 6 o 7 barcos. Comencé a navegar con Pablo Gaione y me pasaba buena parte de la regata sacando agua”.

2- “Mi primer barco fue uno de estos barcos sin cabina y para tres tripulantes. Ahí comenzamos a participar en la Regata de la Meseta donde recuerdo experiencias como que en alguno de los Lightning llevábamos jaulas de gallinas para la comida del viernes (a nuestra consulta aclara: tuve dos Lighning, el Pilotín y el Rex y usé mi primer sueldo para comprarlo).
Años más tarde compré el “Hanauma”, un CP30 que cambió totalmente la experiencia de subir el río y vivir a bordo con comodidad, asociado a la aparición de la Sacra que fue otro avance tremendo para toda la familia de navegantes de ambas márgenes del río.
En los últimos 20 años el ”TECO” ha sido un barco completo para regatear y disfrutar el río en todos sus aspectos, me ha llenado de satisfacciones permitiendo competir incorporando a mis hijos e integrarme a la familia náutica compartiendo momentos inolvidables en las subidas de Semana Santa, como son los asados de Guaviyú que comenzaron con el apoyo de uno de nuestros grandes Comodoros como lo fue Popa Parietti, fondear dentro del arroyo saludando a amigos que a veces solo nos vemos en el río. El marco lo completa el fuego prendido sobre la barranca y la luna saliendo”.

4- Tantos años de navegar han generado cientos de anécdotas de las buenas y de las otras, el balance hace que hoy con 76 años me anime a decirle a los jóvenes que se arrimen al agua para vivir con intensidad la vida náutica porque esto les traerá muchas satisfacciones y lecciones de vida”.

Gracias a estos tres emblemáticos de la vela por compartir sus ricas anécdotas y experiencias con nosotros.

Carlos M. Fraschini al mando de su Teco